#ElPerúQueQueremos

La sociedad del espectáculo

*Título homónimo del libro de Guy Debord (1967)

- Televisión: Aparato eléctrico que recibe y reproduce imágenes y sonidos.- Basura: Conjunto de desperdicios, barreduras, materiales etc., que se desechan, como residuos de comida, papeles y trapos viejos, trozos de cosas rotas y otros desperdicios.

Televisión basura

Publicado: 2015-02-23

Cuando me invitaron a la convocatoria virtual de la marcha contra la televisión basura no sabía si era real. Al comprobar que sí decidí leer un poco y lo que parecía una buena iniciativa terminó siendo una ensalada de reclamos contradictorios y preguntas sin respuestas. Yo no creo, a diferencia de Peluchín, que asistir solo dará insolación, al contrario, creo que toda persona tiene derecho a protestar y mostrar su rechazo cuanto sea necesario. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que solo se trate de una estrategia popular, que se ‘monta a la ola’ de las últimas movilizaciones, pero que sigue sin cuestionar el verdadero problema de fondo y no presenta alguna propuesta concreta.   

Quiero creer que no, pero vamos por partes. Para empezar, resulta problemática la propia definición de la categoría ‘televisión basura’ porque los criterios que se utilizan para calificar a un programa de esa manera son inciertos. Para mí puede entrar en esa categoría tanto Esto es guerra como el programa de la Paisana Jacinta, Amor Amor Amor o La noche es mía o todos los sketchs de los programas cómicos donde se coloque a la mujer como objeto sexual o a los homosexuales como blanco de burlas e insultos solapados bajo las risas. ¿Qué es basura? ¿Qué es atentar contra la moral? ¿De qué tipo de moral hablamos? Esta imagen que se ha colocado en el muro del evento deja mucho que desear:

¿El problema son los homosexuales?

Por otro lado, aún si resolviéramos dicho cuestionamiento, el objetivo que plantean los organizadores de la marcha me parece superficial e insuficiente, veamos por qué. Ellos mencionan que su reclamo se concentra principalmente en el art. 40 de la Ley 28278 (Ley de radio y televisión) que especifica que “la programación que se transmita en el horario familiar debe evitar los contenidos violentos, obscenos o de otra índole, que pueden afectar los valores inherentes a la familia, los niños y adolescentes”. Además ellos señalan que “se regulen los contenidos para que sean más educativos” pues quieren salvar “la salud mental de los niños”, todo ello circunscrito al horario familiar. En resumidas cuentas entiendo que la crítica a los programas basura no pasa principalmente por los peligrosos estereotipos que reproducen y naturalizan, más allá de si lo ven niños o adultos, sino que se centra en que estos contenidos son mostrados en horarios donde los pequeños ven tele y que si estos son trasladados a horarios pasados las 10 pm. son permisibles. Al decir “no tenemos una lista de programas para que salgan del aire, aunque si salen, en buena hora. Queremos que se regulen contenidos” ¿dicha regulación pasa solo por restringir el horario o por censurar algunos programas? ¿el problema es que los niños lo vean pero no es un problema que estos programas existan? ¿la solución pasa sólo por ocultarlos y no cuestionarlos o hasta prohibirlos?

Entonces, para ejemplificar dicha contradicción encontré diversas opiniones sobre un artículo de Liuba Kogan donde critica un detestable concurso del programa ‘La noche es mía’ llamado el ‘nalgómetro’ que se transmite después de las 10 pm.- horario no familiar- para contrastarlas y muchas de ellas coincidían en que la regulación de estos programas no pasa por el contenido sino por el horario en que son transmitidos, como el comentario de Fabrizio Chunga: “La educación debe empezar en los niños, y ese no es un horario de protección al menor” o el de Rossmarr Meza: “Es un juego y además está en horario para adultos y no veo nada de malo en eso OK!!! El que quiere ve y el que no apaga su tv!!” o el de Abigail García: “Bueno por algo lo pasan a la media noche, y toda exhibición femenina es consentida por la misma.... vemos situaciones diferentes pero igual de fuertes en horario de protección al menor... y alguien dice algo? No, al contrario hay mucha audiencia”.

esto no lo verán los niños pero si muchos adultos

Un segundo cuestionamiento hacia el objetivo planteado es que hay múltiples intereses propuestos por los participantes que se atropellan entre sí. Eso no estaría mal si se encontrara un punto que unifique dichas demandas y que se identifique un claro objetivo político señalando al actor en el que recae la causa del problema o la responsabilidad. Para mí ahí hay otro problema. La marcha, según entiendo, parte desde el campo de marte hacia los distintos locales de televisión, pues señalan que la exigencia es que los canales respeten la ley y el horario de protección al menor. Los dueños de los canales de televisión son empresarios que poco les importa (hasta ahora eso es lo que han demostrado) invertir en una televisión de ‘calidad’ sino en una televisión altamente rentable y que les brinden jugosos auspicios por parte de otras empresas. Si hasta ahora no han cumplido la ley ¿sobre quien recae la responsabilidad?: sobre el Estado. Para mí es el Estado quien debería regular mínimamente, además del horario, la calidad de los mismos, un ejemplo es el de Chile. Dejarlo al ‘libre mercado’ al ‘cambia de canal si no te gusta’ al ‘entonces no veas televisión’ no ha funcionado, porque donde las empresas han fallado, el Estado puede y debe intervenir.

Es así que si bien la protesta social es un recurso válido y necesario, debe ser utilizado como un medio no como un fin. La sola idea de mostrar el rechazo, que mucha gente compartimos, hacia los programas de televisión en nuestro país es una idea interesante pero que a mi parecer, tal como está planteada, no ayuda a la necesaria discusión sobre los temas de fondo que no tienen que ver sólo con los medios de comunicación (y su rochosa concentración) sino con otras variables como todas las instituciones que nos rodean, el sistema educativo público, privado y el familiar, el cuasi dogma de la libre competencia, el rol regulador del Estado, la libertad de expresión, las libertades en general, sobre la industria del consumo y la sociedad del espectáculo donde vivimos. Aprovechemos la coyuntura y hagámoslo. No basta con cambiar de canal o quedarnos detrás de la pantalla.


Escrito por

Sayuri Andrade

"Déjenlo todo, nuevamente láncense a los caminos" R. Bolaño


Publicado en

Revuelta

“A medida que crece, el saber cambia de forma. Lo decisivo es el saber torcido, y sobre todo, lateral.”